La Violinista Del Metro


Esta tarde he tenido la suerte de escuchar un magnífico recital de violín interpretado por una dama. No ha sido en un teatro ni en un auditorio, sino en los pasillos del metro de la Puerta del Sol.

Es bastante habitual encontrar músicos en toda la red de metro pero hasta ahora nunca me había tropezado con una mujer. He estado escuchándola un rato, no tanto como hubiera querido ya que realmente era una estupenda interprete, pero ya se sabe, los españoles siempre tenemos prisa. Le he dado unas monedas y he charlado un poco con ella. Me ha comentado que era de Bulgaria y que desgraciadamente tenía que limpiar casas, a pesar de que no le gusta, para poder vivir. Aunque no creo que le haya servido de mucho consuelo, la he comentado que eso es algo bastante habitual en nuestros días, yo misma soy fotógrafa, pero mis ingresos provienen de un campo mucho más prosaico, trabajo como contable.

Le he hecho un par de fotos con la bolsillera que siempre llevo conmigo y en actitud muy coqueta ha retirado el atril y se ha quitado las gafas. La he prometido que haré una copia para ella por si volvemos a coincidir. Me ha dado las gracias y me ha contado una maravillosa historia. Hace unos días paso delante de ella una mujer con cuatro niñas, por lo que la he entendido casi adolescentes. Se pararon a escuchar su música y una de las niñas empezó a bailar. Al verla cambio la composición que interpretaba en ese momento por un fragmento de “El lago de los Cisnes” y la niña la siguió, con gran armonía como si fuera una auténtica bailarina de ballet. Ella estaba tan emocionada que no podía parar de tocar. Todavía se emocionaba mientras me lo relataba y yo no pude parar de pensar en que debió de ser un momento memorable.

A veces la vida nos regala estos pequeños instantes cuando menos nos lo esperamos y hay que aprovecharlos, después de todo hasta en la adversidad se producen destellos de alegría, por eso he querido rendirle a esta bella mujer un pequeño homenaje.

Comentarios

  1. Hola Conchita, a mi me encantan estos momentos. Siempre que puedo intento entablar conversación con la gente que voy encontrando a mi paso. Preciosa historia, preciosa señora y preciosa fotografía. Un abrazo.

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